Vida y Obra de A. T. Still, Fundador de la osteopatía
La primera vez que asistí a una conferencia sobre la vida de Andrew Taylor Still fue en 1998, en París, habiendo terminado mis estudios de osteopatía, la presentaba Pierre Tricot tras haber traducido el primer libro de Still, Autobiografía.
Además del contenido, lo que más me impactó fue el entusiasmo del orador. Posiblemente ello pudiera contribuir a que su mensaje me llegase y despertase en mí la necesidad de conocer mejor al fundador de la osteopatía. Por lo tanto compré el libro y después las siguientes traducciones de Still que se iban publicando.
Descubrir la osteopatía a través de la vida del personaje introdujo un cambio en mi manera de ver, pensar, concebir y vivir la osteopatía puesto que durante los seis años de formación se le nombraba, incluso había profesores que utilizaban alguna de sus citas, pero sin más.
Durante los seminarios que presenta Pierre Tricot en España desde el año 2002, en alguna ocasión se le ha solicitado para que nos hiciese una presentación de Still y he colaborado en la traducción. Ello permitió que me diese cuenta que dicha terea me era más costosa que traducir lo referente al abordaje tisular de la osteopatía, simplemente porque no me había impregnado tanto de la vida de Still.
Así es como decidí emprender la traducción de la conferencia que, junto con Laurent Gaisnon, Pierre había presentado en marzo de 2009 en la región de la Bretaña francesa, en el marco de una reunión científica que reunía a los osteópatas del Grand Ouest (Gran Oeste), cuyo origen académico y pertenencia a asociaciones socio-profesionales eran diferentes. Pero no la terminé, la dejé en suspenso, dejando una parte de mí con ella…
Años más tarde, me enteré de que el 22 de mayo de 2019, el GREIO(Groupe d’Etude, Recherche et Initiatives Ostéopathiques– Grupo de Estudio, Investigación e Iniciativas Osteopáticas) había invitado a Pierre Tricot a la Cité Universitairede París,Collége d’Espagne(Ciudad Universitaria de París, el Collège de España) con el fin de reunirse e intercambiar sobre A. T. Still, ese personaje del que se habla tanto entre los osteópatas y que sin embargo –la mayoría de ellos– no conoce casi. En su introducción Pierre Tricot dice estas palabras:
«Still falleció hace cien años (1917). Marcados por su época, sus escritos han pasado de moda. En cien años, los conocimientos básicos sobre el ser humano y la medicina han evolucionado a una velocidad vertiginosa, nuestras consciencias también. Por lo tanto, uno puede preguntarse legítimamente si hablar de Still hoy en día puede presentar alguna utilidad, incluso algún interés. Me parece más bien, que visto las orientaciones actuales de la osteopatía que se intenta encajar en un molde que no le conviene, es importante, esencial incluso, zambullirse de nuevo en la historia de nuestras raíces para volver a encontrar en ella aquello que es esencial para nosotros».
¡Cuán fue mi alegría pues cuando mi amigo Miguel Hernández Callejo me comunicó que iba a lanzarse en ese proyecto y que había decidido ponerse manos a la obra! Me siento muy afortunado de que se haya hecho cargo de la traducción de dicha conferencia y de haber podido compartir este trabajo con él. Seguro que su conocimiento de la lengua española ha permitido darle más vida al texto.
Es mi deseo que la lectura de este libro pueda facilitar un acercamiento a la Vida y Obra de A. T. Still, el fundador de la osteopatía, permitiendo así la unión a la fuente ya que Still representa nuestra fuente común. Al respecto Pierre Tricot nos dice:
«Su filosofía es nuestro único verdadero punto en común, sobre el cual todos los osteópatas, a pesar de sus diferentes formaciones y personalidades, pueden encontrar puntos de concordancia intangibles».
Juan Bañuls Osteópata
Prefacio. Por Pierre Tricot
Comencé a estudiar osteopatía en 1971, bajo la dirección de dos osteópatas franceses, René Quéguiner y Francis Peyralade. Las primeras clases de inmediato me interesaron, en particular, los puntos principales del concepto. Era la primera vez en la que me proponían una manera de concebir el sistema corporal viviente de otro modo que como una simple yuxtaposición de aparatos y de sistemas, con una coherencia que suscitaba mi interés. Me hablaban de globalidad, una idea que me parecía no solo coherente, sino evidente. Aunque en aquella época la globalidad era esencialmente corporal, esto contrastaba notablemente con lo que había aprendido en fisioterapia. De igual modo, se aludía a la relación estructura/función, la idea de causa a efecto, la lógica de la circulación de los fluidos corporales, etc. Todo ello era nuevo para mí, pero verdaderamente, despertaba algo en mí. También se nos hablaba de Still (1828-1917), el fundador de la osteopatía. Pero relativamente con pocos detalles. De hecho, no lo conocíamos. En aquella época (Internet todavía no existía), era muy difícil hacerse con sus escritos y aquellos que los poseían los guardaban celosamente en las estanterías de sus bibliotecas privadas. Para nosotros, Still era un personaje de otra era con quien no teníamos vínculo alguno.
Gracias a mis dos maestros franceses, pude conocer a Viola Frymann desde el final de mi primer año de estudios y tuve la suerte de hacer varios cursos de formación con ella. Mencionaba a menudo a Still y Sutherland, lo que motivó en mí el deseo de hacerme con sus obras y de leerlas para conocerlos mejor y comprender mejor cómo había nacido la osteopatía. Cuando pude adquirir un ejemplar de Autobiografía y comencé a leerlo, me encontré frente a un texto difícil, escrito en un inglés que con frecuencia me costaba mucho comprender. Entonces, decidí traducirlo. Para ayudarme, utilicé el ordenador. No tanto los traductores automáticos, que no valían para nada para este tipo de trabajo, sino el procesador de texto que permite trabajar el texto con mucha más facilidad, y los diccionarios informatizados que permiten tecleando algunas letras de la palabra que se busca, encontrar con facilidad las definiciones de la misma (mucho más fácilmente que hojeando el diccionario en papel).
El trabajo seguía siendo difícil, pero me apasionaba. Descubrir la vida de Still fue para mí un gran shock. Nunca me habría imaginado aquello. Al leerlo, me encontraba en pleno Far West, como en un western americano… Pero no los westerns de John Wayne, el gran Oeste con la increíble dureza de la vida de los pioneros. Lejos estaba de pensar que la osteopatía había podido ser descubierta en semejantes condiciones. Además, descubrir lo que animaba a Still en su búsqueda y su lucha por hacer valer sus ideas era particularmente interesante. Ese interés es el que me hizo proseguir, pese a las numerosas dificultades con las que me encontraba, debidas al inglés de Still con frecuencia poco académico (y también de otra época) y a ciertos giros y alusiones, aparentemente típicos de su tiempo y de su lugar… No obstante, terminé la traducción intentando hacer legible dicho texto en francés, a la vez que preservaba su condición de texto antiguo, con giros típicamente «pasados de moda» y también reflejando lo imaginario y la poesía que yo sentía brotar del texto de Still.
Esa traducción me ha hecho comprender que la osteopatía en Francia (y en Europa, creo yo), por falta de conocimiento de los textos originales estaba desarrollándose sin raíces (diría sin fulcros). Además, al traducir a Still, he descubierto que numerosas historias fantasiosas se difundían entre los osteópatas y se transmitían en las escuelas de osteopatía como verdades, mientras que se trataba de cosas que eran falsas o de, simple y llanamente, fabulaciones. Y sobre todo, muy a menudo los elementos de base que formaban parte de lo esencial de Still no se trasmitían.
Descubrí un personaje pintoresco cuya vida harto difícil fue extraordinaria se mire por donde se mire. Descubrí un contexto que ignoraba totalmente: la vida del Medio Oeste americano de la segunda parte del siglo diecinueve, el contexto pionero, el difícil periodo que iba a preceder la abolición de la esclavitud, la guerra de secesión, le indigencia de la medicina de aquella época en esas regiones, en conclusión, un contexto social, político, religioso y espiritual que permitió que naciese y se desarrollase la osteopatía.
Descubrí cómo se desarrolló progresivamente el razonamiento que iba a dar nacimiento a la osteopatía. Entre otras cosas, me sorprendió sobremanera constatar que en la época de Still, los osteópatas trataban toda clase de males. Era un sustituto de la medicina. Es necesario precisar que la medicina de la época en el Medio Oeste no valía gran cosa… Hoy en día, vivimos un contexto muy diferente y evidentemente no es factible concebir la osteopatía sustituyendo a la medicina.
Traduciéndole, también descubrí la dimensión espiritual inherente a la osteopatía de Still. Una dimensión ocultada deliberadamente desde hace mucho tiempo en nuestras escuelas, y en la enseñanza de la osteopatía, por razones de «decoro científico» primero y de reconocimiento después.
«Y después de todas estas explicaciones, debemos resolver que el hombre, cuando es completo, es trino. En primer lugar, el cuerpo material; en segundo, el ser espiritual; y, en tercer lugar, un ser de pensamiento con creces superior a todos los movimientos vitales y a las formas materiales, cuyo deber es dirigir sabiamente este gran mecanismo de vida».[1]
Me he dado cuenta que, en realidad, desde el inicio, se ha transmitido la osteopatía amputada de sus fundamentos y que no ha dejado de alejarse de ellos. Hoy en día, por razones de reconocimiento, lo esencial de los fundamentos de la osteopatía se oculta de manera sistemática, ahora tampoco se habla de Still en las escuelas que trasmiten una enseñanza deliberadamente aséptica, privada de lo que es esencial.
Esta toma de consciencia me ha llevado a proseguir mi trabajo de traducción de los textos de Still o de aquellos que hablan de él, con el fin de permitir a aquellas y aquellos que lo deseen, encontrar lo fundamental para conectarse a nuestra fuente. Espero que esta publicación estimulará a sus lectores y los animará a interesarse por la historia de Still y de sus sucesores (Sutherland, Becker, etc.), a volverse a conectar a esa fuente viva y estimulante, ¡y cuánto!, que incluye todas las dimensiones de un ser humano, body, mind y spirit.
Pierre Tricot
Granville – Francia – Agosto 2020.
[1]A. T. Still Philosophie de l’ostéopathie (Filosofía de la osteopatía), 2009, p. 39 (edición francesa).